El programa de divulgación científica
impulsado desde organismos y medios estatales por los gobiernos burgueses del
kirchnerismo y continuado por el macrismo en la actualidad promueve el
biologicismo. Revisar y cuestionar profundamente esta ideología es tan
necesario como liberar la producción científica de todo reducionismo. Para
fomentar esta crítica vamos analizar el enfoque tan de moda en los centros
académicos en la actualidad en nuestro país y en el mundo, que por supuesto no
es nuevo en el quehacer científico del mundo burgués, los reducionismo toda
índole es tan viejo como el hacer ciencia en el mundo de los antiguos.
En los últimos años en Argentina, “el
hacer la ciencia” salió de los laboratorios de biología en forma de propagación
científica moderna e incluso progresista, manifestando querer acercar la ciencia
al público no especializado para democratizar el conocimiento y
"educar" en el pensamiento científico. En 2003 hizo su aparición en
la TV pública Adrián Paenza (publico varios libros: Paenza detectives, Estrategias,
Matemáticas para todos...etc.) junto al biólogo Diego Golombek (autor de
"Las neuronas de Dios, Cocineros científicos, Sexo, drogas y biología
entre otros) en Científicos Industria Argentina y en el 2005 la
colección de libros Ciencia que ladra (editados por la Universidad Nacional de
Quilmes y Siglo XXI). En los años sucesivos, el desarrollo fue enorme y hoy
encontramos cientos de vídeos en Canal Encuentro, propuestas de formación
docente, Tecnópolis, el “Programa nacional de popularización de la ciencia y la
innovación”,”, etc. Este programa “nac & pop” de divulgación
científica desarrollado por el kirchnerismo, y continuado por el gobierno de
Macri, recibió una amplia difusión y colaboración del sector privado: la
sección ciencia de los diarios Clarín y La Nación (en este último
Golombek tiene una columna propia), el bloque “¿para qué sirve la ciencia?” de
Fabricio Ballarini en la radio Vorterix, la “neuromanía” de Manes publicada por
Planeta o el nuevo libro de Golombek, Neurociencias para presidentes, publicado
por Siglo XXI son solo algunos ejemplos relevantes de una lista que no para de
engrosarse.
Muchos científicos honestamente vieron
con buenos ojos la propuesta de superar los muros de los laboratorios y salir a
la caza de lectores, pero ¿se democratiza la ciencia con este programa de
divulgación, basado en reduccionismos? Para empezar a responder a esta
pregunta, es necesario señalar que democratizar está en las antípodas una
transmisión unidireccional de conocimientos acabados. Al contrario, implica la
participación activa de los sectores populares y trabajadores, por ejemplo, en
la toma de decisiones sobre cuáles áreas de investigación deben ser
prioritarias, evaluar el impacto de las nuevas tecnologías o la regulación de
la aplicación de prácticas potencialmente peligrosas. Así como también el
acceso a todos los que deseen realizar actividades científicas. En este sentido
fundamental, este programa no pasa la prueba.
Pero podemos avanzar un poco más y
preguntarnos ¿qué ideas sobre la ciencia, la biología, el ser humano, nuestras
sociedades, transmite este programa de divulgación científica?
Toda divulgación científica tiene una
fuerte carga ideológica, y al ser promovida desde el Estado, supone el control
de la clase dominante. En palabras de Marx:
"Las ideas de la clase dominante son
las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que
ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder
espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la
producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la
producción espiritual […]" (( La ideología alemana, 1846).
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Glosario:
Glosario:
Biologismo: Posición teórica
mantenida por quienes afirman que los fenómenos psicológicos, sociales y culturales
dependen de condiciones orgánicas (biológicas)de modo que para comprenderlos y
explicarlos debemos basarnos en los hechos biológicos que les subyacen.
Para los biologistas, tanto los organismos
individuales como las entidades supraindividuales no son más que
manifestaciones o concreciones de un único principio orgánico (Bios) que lo
abarca todo, al que algunos (como E. Krieck) llegan a considerar el fundamento
último de todo lo viviente.
Al recurrir a categoría biológicas para
explicar fenómenos sociales y culturales, se considera que el biologismo
incurre en una forma de reduccionismo que puede ir asociado a prejuicios
ideológicos, especialmente al apelar a las diferencias biológicas para
justificar las diferencias sociales y culturales.
Reduccionismo: El reduccionismo es el enfoque filosófico según el cual la
reducción es necesaria y suficiente para resolver diversos problemas de
conocimiento.