27 septiembre 2017

Biologicismo: una epistemología de la miseria (1)

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El programa de divulgación científica impulsado desde organismos y medios estatales por los gobiernos burgueses del kirchnerismo y continuado por el macrismo en la actualidad promueve el biologicismo. Revisar y cuestionar profundamente esta ideología es tan necesario como liberar la producción científica de todo reducionismo. Para fomentar esta crítica vamos analizar el enfoque tan de moda en los centros académicos en la actualidad en nuestro país y en el mundo, que por supuesto no es nuevo en el quehacer científico del mundo burgués, los reducionismo toda índole es tan viejo como el hacer ciencia en el mundo de los antiguos.

En los últimos años en Argentina, “el hacer la ciencia” salió de los laboratorios de biología en forma de propagación científica moderna e incluso progresista, manifestando querer acercar la ciencia al público no especializado para democratizar el conocimiento y "educar" en el pensamiento científico. En 2003 hizo su aparición en la TV pública Adrián Paenza (publico varios libros: Paenza detectives, Estrategias, Matemáticas para todos...etc.) junto al biólogo Diego Golombek (autor de "Las neuronas de Dios, Cocineros científicos, Sexo, drogas y biología entre otros) en Científicos Industria Argentina y en el 2005 la colección de libros Ciencia que ladra (editados por la Universidad Nacional de Quilmes y Siglo XXI). En los años sucesivos, el desarrollo fue enorme y hoy encontramos cientos de vídeos en Canal Encuentro, propuestas de formación docente, Tecnópolis, el  “Programa nacional de popularización de la ciencia y la innovación”,”, etc. Este programa “nac & pop” de divulgación científica desarrollado por el kirchnerismo, y continuado por el gobierno de Macri, recibió una amplia difusión y colaboración del sector privado: la sección ciencia de los diarios Clarín y La Nación (en este último Golombek tiene una columna propia), el bloque “¿para qué sirve la ciencia?” de Fabricio Ballarini en la radio Vorterix, la “neuromanía” de Manes publicada por Planeta o el nuevo libro de Golombek, Neurociencias para presidentes, publicado por Siglo XXI son solo algunos ejemplos relevantes de una lista que no para de engrosarse.

Muchos científicos honestamente vieron con buenos ojos la propuesta de superar los muros de los laboratorios y salir a la caza de lectores, pero ¿se democratiza la ciencia con este programa de divulgación, basado en reduccionismos? Para empezar a responder a esta pregunta, es necesario señalar que democratizar está en las antípodas una transmisión unidireccional de conocimientos acabados. Al contrario, implica la participación activa de los sectores populares y trabajadores, por ejemplo, en la toma de decisiones sobre cuáles áreas de investigación deben ser prioritarias, evaluar el impacto de las nuevas tecnologías o la regulación de la aplicación de prácticas potencialmente peligrosas. Así como también el acceso a todos los que deseen realizar actividades científicas. En este sentido fundamental, este programa no pasa la prueba.

Pero podemos avanzar un poco más y preguntarnos ¿qué ideas sobre la ciencia, la biología, el ser humano, nuestras sociedades, transmite este programa de divulgación científica?

Toda divulgación científica tiene una fuerte carga ideológica, y al ser promovida desde el Estado, supone el control de la clase dominante. En palabras de Marx:

"Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual […]" (( La ideología alemana, 1846).

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Glosario:

Biologismo: Posición teórica mantenida por quienes afirman que los fenómenos psicológicos, sociales y culturales dependen de condiciones orgánicas (biológicas)de modo que para comprenderlos y explicarlos debemos basarnos en los hechos biológicos que les subyacen.

Para los biologistas, tanto los organismos individuales como las entidades supraindividuales no son más que manifestaciones o concreciones de un único principio orgánico (Bios) que lo abarca todo, al que algunos (como E. Krieck) llegan a considerar el fundamento último de todo lo viviente.

Al recurrir a categoría biológicas para explicar fenómenos sociales y culturales, se considera que el biologismo incurre en una forma de reduccionismo que puede ir asociado a prejuicios ideológicos, especialmente al apelar a las diferencias biológicas para justificar las diferencias sociales y culturales.


Reduccionismo: El reduccionismo es el enfoque filosófico según el cual la reducción es necesaria y suficiente para resolver diversos problemas de conocimiento.