Víctor Hugo [Blog]
“Es cierto que el arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse con el poder material, pero también la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas”. En torno a la Crítica de la Filosofía del Derecho – Karl Marx
13 marzo 2025
Convocatoria grupo de estudio El capital, tomo II, 2025
30 noviembre 2024
Bienvenidos a mi espacio
Bienvenidos a mi blog:
La idea central de este blog es procurar un espacio de participación en el intercambio de reflexiones, observaciones y opiniones sobre temas relacionados con la economía, la política y el análisis social en general, desde el punto de vista del método marxista. También Reservando un lugar para mi actividad de estudiante, ya que estudio economía.
Éste blog se complementa con mi perfil en facebook y instagram. Dado que en esas páginas expreso mis pensamientos e ideas, dedicaré este espacio a comentarios dedicados a la coyuntura, o a desarrollos parciales. Y en la medida en que mis actividades laborales y estudiantiles me lo permitan, participaré de los debates que se propongan.
Para que me conozcan, me presento, me llamo Víctor Hugo. Soy oriundo de la ciudad de Goya, Provincia de Corrientes. Argentina. Actualmente resido en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Desde hace mucho tiempo me dedico al estudio de la economía política marxista y de la teoría materialista de Marx y Engels. Lo hago en forma individual en mis momentos de ocio, es decir, me instruyó de forma autodidacta.
También militante político de más de 10 años. Desde comienzos de mi adolescencia, hasta la actualidad, milité en organizaciones de tendencias trotskistas, en el 2010 inicié una lectura de los textos de Karl Marx, de está forma logré profundizar mis conocimientos de la cosmovisión marxista en la cual, sigo formándome continuamente. En la actualidad, prosigo estudiando los textos de Marx, Engels, Lenin.. etcétera, y de la mayoría de los pensadores socialistas clásicos y contemporáneos de las fuerzas donde milité y de otras organizaciones de izquierda – que lo he plasmado en debates con compañeros de los partidos por dónde ha transitado mi militancia– y trato de ser critico de las ideas de las izquierdas actuales basado, en las ideas germinadas por Karl Marx y Federico Engels, y en sus criterios democráticos.
Colaboraré, siempre que tenga oportunidad, en la lucha por esos ideales, es decir por la liberación de toda la humanidad de los lazos de toda explotacion del hombre por el hombre. En lo político abogo por la independencia política de toda la clase obrera. Por otra parte, y en el terreno de la critica, mi principal interés es estimular y promover el pensamiento inquisitivo, depurado de toda falacias ad hominen y de interpretaciones erradas, así, podamos tener más claridad de una visión crítica de la sociedad capitalista.
Espero que este blog sirva a estos fines.
29 octubre 2024
Adoctrinamiento académico y "silencio" cómplice de la izquierda
03 febrero 2024
Contra la precarizacion
No hay un capitalismo mejor
La lógica del capital es fácil de entender: el capital que no se reproduce, que no da ganancias, se muere. Y si da ganancias, se convierten en capital y tienen que amortizarse también al siguiente ciclo. El capital engrosado con cada ciclo de beneficios necesita a su vez producir nuevos beneficios y a falta de nuevos mercados -reales o ficticios, es decir, creados a base de crédito- eso solo puede conseguirlo aumentando la explotación. Hay dos formas de hacerlo.
- La «ideal» según la propia burguesía es incorporar tecnologías que permitan producir más con menos horas de trabajo, es decir, aumentar la explotación relativa. En teoría eso permitiría aumentar salarios y aumentar los beneficios al mismo tiempo, pero solo a condición de que el mercado aumente también. Ese fue el motor de la expansión del capitalismo por todo el mundo durante el siglo XIX. Pero desde hace un siglo ya no quedan mercados «vírgenes». De hecho, el capital español cada vez tiene acceso a menos mercados. La consecuencia inevitable es que la mejora tecnológica no produce subidas de la masa salarial pagada en total, sino desempleo.
- La otra forma es simplemente pagar menos por hora trabajada, bajando salarios, firmando contratos por 4 horas que luego son de jornada completa, haciendo horas extras no remuneradas, etc.
El primer camino es el de la robotización, la digitalización, etc. El segundo el de la precarización. Desde hace décadas, por todos lados reorganizan y reestructuran la organización del trabajo, desvinculando al trabajador de lugares y equipos de trabajo, servicios básicos, expectativas de contratación e ingresos estables. Nos quiebran y atomizan para, al final, explotarnos más.
La precarización no es una política sino una necesidad del capital. Sus leyes no nos defenderán.
En España, hoy, uno de cada dos euros de crecimiento se va a remunerar el capital. Así es como el capital ha salido de la crisis… a base de empobrecernos y precarizarnos.
Por eso su legislación no va a protegernos. No subirían el salario mínimo si al mismo tiempo no bajaran los salarios de los trabajos cualificados. Nos pagan un poco más de mínimo, pero nos igualan a todos por abajo de modo que en conjunto el capital paga menos. Con la crisis se han perdido 30.000 millones en salarios, pero los beneficios han aumentado en 14.000 millones.
Los trabajadores no tenemos patria... ni sector
En todo el mundo nos llaman a cerrar filas con las necesidades de tal o cual facción del capital: Salvar la industria nacional, apoyar al pequeño comercio, descubrir unos supuestos intereses comunes con el capital catalán, andaluz o venezolano. Pero la verdad es que cuanto menos capitalizado está un sector, un país o una región, más urgente es esa necesidad de incrementar la explotación en términos absolutos para el capital.
Por eso el látigo de la juventud trabajadora, desde Berlín a Buenos Aires pasando por la puerta de nuestra casa, es el sector servicios, el menos capitalizado de los grandes sectores. Por eso los países y regiones con capitales nacionales más débiles precarizan más y más rápido. Envolvernos en la bandera regional o defender el sector sería ponernos la soga al cuello.
Los sindicatos organizan la precarización
Por eso los sindicatos han sido y son los primeros agentes de la precarización. En Navantia (astilleros) nos dicen que, sin contratos, sin ventas, no tiene sentido luchar, que tenemos que supeditar nuestras necesidades a la existencia de beneficios y aceptar trabajar -y cobrar- solo cuando la empresa tenga pedidos. En el automóvil (Opel, Seat, PSA, Ford) organizan la subasta de las condiciones de trabajo de las plantas. Nos venden que solo si aceptamos turnos demenciales, salarios más bajos y contratos sin protección, podremos ser competitivos con otras plantas de otros países… donde los sindicatos les dicen exactamente lo mismo.
¿Que hacer?
Una de las ventajas de la precarización para el capital es que nos atomiza y dificulta la lucha colectiva. Hoy nos contratan una semana limpiando, dentro de un mes hacemos un turno cargando en una almazara, un fin de semana lo salvamos sirviendo en bodas y si hay suerte, nos contratan para una campaña de teleoperadores tres meses. Somos intercambiables, flexibles… y si por ellos fuera, estaríamos completamente aislados, esperando sin ver a nadie a que se dignen a explotarnos.
Por eso lo primero que tenemos que hacer en todos lados, es romper la divisoria entre fijos y temporales, entre contratados por la empresa y subcontratados, entre un sector y otro, entre una empresa y otra. Todos somos trabajadores, todos somos más o menos precarios y si nos ponemos a ver quién está peor, acabaremos todos por debajo del mínimo de supervivencia para mayor gloria del capital nacional y su competitividad. Tenemos que movilizarnos todos juntos, como clase, y colectivamente controlar cada conquista que hagamos.
Por una movilización de todos los trabajadores juntos contra la precarización y el paro
Asambleas sin divisiones de contrato o empleador en las empresas de cierto tamaño, asambleas de trabajadores de barrio en la hostelería y el pequeño comercio.
Fin del destajo, el trabajo sin contrato y las horas extras.
Reducción de la jornada máxima a 30 horas semanales con el mismo neto mensual.
-